18 de Octubre de 2016
Susurros en la mañana, caricias auditivas para alimentar paisajes y alcanzar la musicalidad del mediodía. Bullicio taciturno, la tranquila sintonía de la puesta de sol, y la alegre melodía de las estrellas.
Palabras tintineantes, poemas sinfónicos bailando con los sentimientos. Discusión, un griterío creciente que estalla contra el alma para que la tormenta se desvanezca en un murmullo, y lentamente vuelva a reinar la canción de la armonía.
Viento que ruge. Aves mezclándose en una sola llamada. Alaridos de vida allá donde quiera que apunten mis oídos.
Salvo en ti. Gritos de silencio. Ni voz. Ni movimiento. Un silbido en mi imaginación que no rompe las barreras.
Mi nombre no llega a la isla. Mi ansia no escucha tus lamentos.
Solo un eco vacío. Solo nada"
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