29.8.21

18-06-2016 No-mes Sesenta y Tres: mensaje en una botella

 


18 de Junio de 2016


"No-mes Sesenta y Tres tras el Evento Catastrófico: mensaje en una botella...

Gotas de sangre y lágrimas empapan la punta de una quebrada rama, que garabatea frases de desesperación sobre una hoja de a saber qué planta... Encierro mi grito en una botella y, cual náufrago de libro, la lanzo a las olas del destino... Me siento a contemplar el lento alejarse de la esperanza hacia la puesta de sol... Y sueño con que llega al horizonte y más allá...

Y más allá?...

El horizonte, u otra isla? Este mar muerto está plagado de historias rotas, islas innumerables a esquivar, corrientes, mareas... El Archipiélago de los Inexistentes es un infinito laberinto, con una sencilla salida si quien maneja los hilos del destino es uno mismo. Y uno mismo elige dejar atrás todos y cada uno de los peñones malditos y alcanzar los confines del Mar de Lágrimas...

Y más allá?...

El Limbo. Dimensión plagada de todo aquello que está entre alguna parte y el olvido, y que fue bruscamente arrancado en origen y desterrado en este paraje. Sueños rotos, ideas desvanecidas, almas errantes huidas o sujetadas por algún recuerdo... No tiene principio ni fin, ni forma ni sustancia. Pero tiene un cielo plagado de estrellas fugaces que escapan lejos de la superficie, deseos no cumplidos que se adentran en el espacio. Mi botella sigue la estela de una de ellas y flota entre constelaciones...

Y más allá?...

Uno de los universos de cada plano de existencia o no-existencia, y que confluye y se mezcla con los demás universos en los más remotos confines, diluyéndose en una eternidad insustancial: la nada. Un momento donde todo deja de ser o no ser, un espacio lleno de un completo vacío, olvido y desaparición totales. Un grito sordo de todas las realidades e irrealidades hacia esa nueva frontera, encerrado en una botella de esperanza, navegando a través del tiempo para llegar, o no, a un nuevo confín...

Y más allá?...

Más allá de la nada, lejos, en mi cabeza, algo llega a las costas de mi subconsciente. Una botella cargada de pena, que lleva escrito un lamento. Más allá de la nada, lo escucho. Lo entiendo. Lo vivo. Y elijo contárselo a alguien...

...Busco una rama y la empapo en agua y en mi propia sangre, y comienzo a redactar mi propia versión del grito...
"

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